martes, 20 de octubre de 2020

 La vida siempre constituye una totalidad orgánica. La vida siempre surge de lo nuevo y lo sorprendente. La dignidad humana radica en la creatividad. El ser humano crea el sentido de si mismo, confiere una dirección al mundo, modela a su modo el ambiente circundante natural o social. La creatividad es otro nombre para la libertad. La libertad es la capacidad de constituirse a si mismo y a su universo de significaciones en continuo dialogo-interacción con el medio ambiente y con los otros.

(Leonardo Boff)



La Vida una Obra de ARTE
Gloria Jaramillo

El arte es un visor, es el poder obrar sobre la vida misma con la convicción de que la vida se recrea a partir de sueños que determinan rumbo si así se proyecta.

La obra de John Cage marca en el sonido y en la continuidad del tiempo la propuesta de escuchar el continuum, donde el acontecer se hace música. 

Joseph Beuys plantea una estética viva y cambiante de acuerdo al espacio tiempo que se habita.

Con la escultura participo de esa búsqueda, descubriendo formas que dan sentido y significado a mi experiencia estética, parto de la condición de que vivimos el planeta, la cultura y la convivencia donde el asunto siendo personal también es colectivo para compartir lo que se piensa.

Cuando empiezo a trabajar las formas en el barro me doy a la tarea de querer entender un poco el cuerpo humano en su anatomía que se lucha entre mis manos para convertirse en ese monumento, figura o simple objeto que se une al mundo como presencia y de la cual me nombro autora. En la universidad encontré el micelio del hongo pleurotus ostreatus (orellanas) que me permitió darle vida a aquellos bustos y torsos descomponiéndolos en el tiempo. Así la materia orgánica inoculada con el hongo llego al museo para exponer la vida misma en su proceso de germinación y descomposición.

La obra “Dos eventos de arte en la tierra, una propuesta” 1998, se desarrollo la acción de marcar el planeta en dos sitios diferentes con 8 columnas de heno que formaban una X, se realizo un performance que daba cuenta del acto con cada comunidad invitada, uno en mi casa, en el municipio de San Vicente, Antioquia, Colombia y el otro en la ciudad de Welt, Elte, Alemania.

Desde la escultura me planteo el concepto de modelar la masa, desde el barro que cabe entre mis manos, hasta el planeta, pues en mi condición de habitante participo del proceso, así sea de forma inconsciente. El arte permite sublimar cada acto y disponerse a una estética de la vida para finalmente ser autor consiente de la propia obra, pues según Beuys, “cada ser humano es un artista”.

En la obra “Mundo exterior- Mundo interior” 1999, me dispongo a colectar durante 9 meses la basura no orgánica que pasa por mis manos y cumplido ese tiempo, acompañada de personas de distintas partes del mundo, barremos el bosque de un parque, en el otoño de Madrid, para realizar una instalación en el sótano de la Galería Carmen de la Guerra, permitiendo al espectador caminar sobre los distintos materiales, acompañado de una pequeña linterna.

La tierra, las semillas, las plantas,  los humanos, la basura en un dialogo de supervivencia en el que hay desfases en las maneras como se ha concebido la relación de poder de unos sobre otros siendo perjudicados todos.

En las obras “El movimiento de la tierra” http://www.myspace.com/video/479245707/lab-25/107429498 expuesta en el Centro Colombo Americano de Medellín en el año 2010  y “Semillas de vida” http://envivo.eafit.edu.co/EnvivoEafit/?p=10302 en la universidad EAFIT el año 2011, acompañada con la Asociación de mujeres de Plantas Medicinales de San Vicente-Antioquia y 30 mujeres de la ciudad de Medellín, en condición de desplazamiento, que se unieron a la tarea de realizar una acción en reconocimiento al suelo, a las plantas medicinales y al maíz para dar cuenta del territorio y de los derechos fundamentales. Allí también se expuso en retrospectiva la obra “Humaneras”, propuesta hecha en la finca Libertad del municipio de San Vicente, en el año 2000, donde modelamos un huerto en forma de espiral, un grupo de amigos que nos dimos al encuentro mensual para el trabajo con la tierra, la lectura, los talleres y las lúdicas programadas y dirigidas por los distintos participantes, para hacer de la convivencia una experiencia estética.

La convivencia permite el intercambio de saberes, compartir prácticas y lúdicas donde se establecen búsquedas y relaciones modelando espacios y compartiendo proyectos comunitarios, generándose situaciones que afianzan el sentido de pertenencia. Con la Asociación de Mujeres de Plantas Medicinales de San Vicente-Antioquia, desde el año 2000 hemos compartido la búsqueda por el afianzamiento y respeto a los saberes comunitarios y ancestrales, para así, construir desde la vida misma la experiencia de conectarme con las plantas, que por generaciones han procurado sanación.

Con la comunidad del municipio de San Vicente, en el año 2005, recibimos por el plan Colombia un edificio que llamamos Centro Comunitario “Tejedores de Sociedad” cuyo objetivo era abrir espacios de encuentro. Allí realizamos un “jardín medicinal” que desde el arte, propicio el reconocimiento del espacio y su apropiación, además de la valoración de la civilidad como un derecho fundamental.

Es comunitariamente donde se construyen pensamientos, se cuestionan sistemas y formalismos funcionales y económicos que desnaturalizan practicas sanas enraizadas en el suelo. Es la experiencia estética un conducto para formar pensamientos de conciencia frente a nuestra naturaleza. Es el pensamiento concebido como masa, materia escultórica que se modela con la intención de liberarnos del conductismo, maneras de habitar el planeta que rompen con el medio, acabando la vida a cambio del capital como valor primero.

Las plantas medicinales, en especial las concebidas rastrojo están en la capa vegetal donde se protege el suelo, que provee de oxigeno y agua la vida del planeta, pero que en nombre del “progreso” y la “prosperidad” se condenan a desaparecer o convertirse en códigos y mercancías.

Las semillas, en especial el maíz ha estado en varias propuestas. “Comunión de la Nueva Era” expuesta en la Cámara de Comercio de Medellín en 1995, los niños sembraron maíz dentro de adobes recortados en forma de edificio, debelando el hacinamiento y el hambre en las ciudades y las mujeres sembraron también maíz en vasos desechables, en la obra “semillas de vida” en la universidad EAFIT, en el año 2011, como rechazo a la manipulación en transgénicos y lo fundamental de esta semilla en la subsistencia de los pueblos americanos.

La participación de la comunidad en las obras de arte fundamenta unos valores que cuestionan, forman y dan sentido al existir. El arte relacional permite conjugar acciones y aportes de los distintos actores para enriquecer el resultado final de la obra. Así el pensamiento colectivo también se modela, enfocando la responsabilidad al individuo, versus, masificación de los sistemas.

El arte participa de cada acto en lo que tiene que ver con el movimiento permanente de la vida misma por lo que todo es creación en continua transformación.



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